Desde la Habana, 5 de abril de 2012. Jennifer Fonseca Padrón

                                            De la bendición a la represión

Disidentes cubanos centraron  sus esperanzas de cambios  en la visita del Papa Benedicto XVI, quien mucho antes de su llegada había dejado claro que no se reuniría con la oposición pacífica de la isla.

Una oposición que días antes de su llegada ya era reprimida por la policía política. Como el caso donde   mi mama Omayda Padrón y yo, el pasado sábado 24 de marzo  fuimos arrestadas saliendo de  la casa, cuando nos  dirigíamos  a un evento cultural llamado Estado de Sats donde se reúne la sociedad civil.

El agente Roque que lleva más de 4 años reprimiendo a mi madre y otro oficial que no se identifico, nos interceptaron  rápidamente cuando íbamos rumbo al lugar, ordenándonos el  regreso y la estadía obligada en la casa, afirmando Omayda que nosotras éramos libres de circular por nuestro país, citando el articulo 13 inciso 1 de la declaración universal de los Derechos Humanos y nuestro hogar no era un calabozo para permanecer en el contra nuestra voluntad.

Lo único que pudimos hacer fue llamar  rápidamente a periodistas independientes para denunciar nuestra arbitraria detención. Ya dentro de la patrulla, un agente de la policía le torció el brazo a  Omayda Padrón para quitarle el teléfono celular,  hasta casi ocasionarle una fractura. Dejando como secuela, dolor y hematomas que se observaron claramente al día siguiente. Nos trasladaron hasta la 5ta unidad policial  del municipio Playa y nos encerraron  en un escalofriante calabozo alrededor de 5 horas y media. Luego de ser interrogadas a cada una por separado recibiendo ambas todo tipo de amenaza por este peón de la dictadura.

En este día fueron muchas las detenciones para impedir la asistencia y sabotear el evento. Si todas estas violaciones de los derechos humanos fueron antes de la llegada Papa,   en el país, fue como si hubiese comenzado una horrible e insoportable  pesadilla para la mayoría de los disidentes en el oriente, centro y occidente del país. Ya el lunes 26 de marzo todos estábamos  incomunicados. La  empresa ETECSA encargada de las comunicaciones en complot con la Seguridad del Estado, suspendió el servicio tanto de celular como el de los teléfonos fijos. Ahora comenzaba el juego para ellos, estaban a libre albedrío, ya que incomunicados los disidentes, estos perros del gobierno no tendrían la presión internacional.

Muchos líderes civilistas como políticos fueron detenidos por los 2 días que estuvo el Papa en la Habana; otros estuvieron rodeados en sus casas por agentes provocadores. Fueron interminables días de presión para todos los que le exigen un cambio a la dictadura feroz de los Castro, Una vez más la tiranía queda impune y demuestra todo su poder cuando se trata de apuntalar la dinastía.

La ciudad después del paso del huracán Benedicto XVI quedo decepcionada. Todo se tornó triste. Realmente la visita del Papa ha dejado en  los habitantes de la isla un amargo sabor de nuevas represiones. Es lamentable,  pero un sector de la población se siente defraudado, ya que el Sumo Pontífice no tuvo tiempo para visitar el Sanatorio de Leprosos en Santiago de las Vegas, sin embargo dispuso de media hora para reunirse con el ex presidente de la República de Cuba Fidel Castro y su familia. De todo corazón espero que lo haya absuelto de todos sus pecados ya que dudo que la historia lo haga. Muchos preocupados pronostican una próxima Primavera Negra. Otros se preguntan si Benedicto XVI vino a reprimir, en lugar de bendecir a un pueblo que sobrevive en la miseria tanto humana como material.