Donde rompen libros, rompen personas (cortesía de Diario de Cuba)
Detenciones, golpes, destrozos: la Seguridad del
Estado acosa a los miembros de la Red de Bibliotecas Cívicas.
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Donde rompen libros, rompen personas
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Irrumpieron en la casa
de Niurka Carmona, echaron abajo la biblioteca, destrozaron más de 300 libros,
se robaron una laptop y una cámara fotográfica. Los asaltantes no eran neonazis
ni cabezas rapadas, y la agresión no ocurrió en Europa o Norteamérica.
El hecho aconteció el
pasado 27 de abril en Palma Soriano, poblado de la oriental provincia de
Santiago de Cuba, y los vándalos fueron identificados como miembros de la
Seguridad del Estado (DSE).
Niurka, de 42 años, Dama
de Blanco que administra la biblioteca "Laura Pollán", afiliada a la
Red de Bibliotecas Cívicas "Reinaldo Bragado", cuenta que su hijo de
17 años, Alberto Ladiste, repartía en la calle folletos de la Iglesia, cuando
varios hombres vestidos de civil se abalanzaron sobre él y, a empellones, lo condujeron
hasta su vivienda.
Aprovechando la ausencia
de Niurka, los represores invadieron ―sin orden de allanamiento― el inmueble
sito en la calle Martí 311. Según declarantes, el operativo de la DSE recibió
el apoyo de efectivos y carros patrulleros de la Policía Nacional
Revolucionaria (PNR).
También el pasado 28 de
marzo éste reportero fue testigo de cuando Jennifer Fonseca, de 25 años,
coordinadora nacional de la citada Red de Bibliotecarios, fue acosada por más
de diez efectivos de la policía política y "factores" (militantes del
Partido Comunista de la cuadra), quienes bloquearon la puerta del condominio
donde reside en el Nº 5 de la calle 18 en la barriada capitalina del Vedado.
Jennifer cuenta que se
disponía a efectuar una reunión con el ejecutivo de la Red, y desde horas
tempranas la Seguridad del Estado bloqueó el acceso a su casa. Detuvieron
a Alejandro García, uno de los vicecoordinadores, quien luego fue conducido a
la cuarta unidad del municipio Cerro, al tiempo que Irina León, coordinadora en
la provincia de Pinar del Rio, fue forzada a abordar un patrullero y luego
abandonada a su suerte en la autopista Novia del Mediodía, en las afueras de la
ciudad.
Asevera Jennifer que los
furibundos "factores" han empujado varias veces la puerta de su casa
para amenazarla y ofenderla. Nuria de la Vega, secretaria de la Red, denuncia
los mismos atropellos, al igual que otros tantos bibliotecarios.
Por qué
Desde el año 2009
funciona la Red de Bibliotecas Cívicas "Reinaldo Bragado". El
proyecto está integrado por 44 bibliotecas diseminadas por todo el país. En sus
repisas puede encontrarse literatura variada, historia universal, biografías,
deportes, política exterior, economía, revistas, medicina, enciclopedias, etc.
Igualmente prestan películas censuradas, documentales y vídeos
sobre la represión interna.
Sus bibliotecarios
reportan que los autores más leídos son Carlos Alberto Montaner, Guillermo
Cabrera Infante, Norberto Fuentes, Reinaldo Arenas, Mario Vargas Llosa, George
Orwell, Zoé Valdés, Milan Kundera y Rafael Rojas. Todos censurados. Sus
préstamos oscilan entre 800 y 1.300 libros mensuales.
Jennifer Fonseca,
coordinadora nacional del proyecto, informa que su plataforma promueve el
acceso a la lectura sin censuras, con el propósito de restaurar la cultura del
debate democrático y respetuoso en el marco de la sociedad civil.
La Red también hace la
tirada trimestral de un magazine cultural llamado Curazao 24 y organiza actividades (Animando Sonrisas) para niños pobres de las
comunidades marginales, a quienes entregan material didáctico, consistente en
libretas, libros de cuentos, lápices, juguetes, etc. También promueven el
concurso para novelas engavetadas Franz Kafka y mueven colecciones de artistas
plásticos ignorados por el oficialismo a causa de sus ideales políticos.
Entre Nuria de la Vega,
Juan Antonio Madrazo, Alejandro García, Teresa Castellanos, Irina León, Adel
López, Adalberto Blanco, Leticia Ramos, Reinaldo Villafaña y Raúl Pereda, todos
integrantes de su ejecutivo, llevan adelante este propósito considerado de
utópico por algunos detractores. Sin embargo, se evidencia un marcado acoso de
la policía política contra todos sus miembros y, de ahí, se revela la inquietud
por dicha actividad.
Ante lo ocurrido, su
coordinadora nacional repasa históricamente la noche del 10 de mayo de 1933,
cuando los hordas nazis quemaron millares de libros calificados de antialemanes
. "Es hora de que los cubanos tengan un 'yo' ―aduce Jennifer― y para
pensar necesitan variedad informativa u otros conceptos que les ayuden a sacar
sus propias conclusiones. Destruir o sitiar bibliotecas es un proceder tan
fascista como el acontecido hace 81 años, cuando el poeta Heinrich Heine
profetizó: 'Donde queman libros, también queman personas'".
"Por ejemplo
―señala Jennifer― durante el gobierno de Fulgencio Batista los comunistas
tenían sus propias librerías y la policía no les molestaba, ni les impedía
vender libros. Fidel Castro, fue un estudioso de Benito Mussolini y nadie le
encerró en un calabozo por hacerlo, a pesar de las secuelas dejadas por el
fascismo en Europa".
El costo económico de
los operativos de la Seguridad del Estado contra la Red de Bibliotecas cívicas
es irrisorio y Jennifer exclama: "Qué despilfarro, con los sueldos de
todos esos agentes, estimados entre 800 y 1.200 pesos mensuales, equiparables o
superiores al que reciben los médicos, más el gasto de combustible de sus
vehículos, la Red podría comprar libros, libretas, lápices refrescos, dulces y
celebrar varios Animando Sonrisas o financiar algunos números de la
revista Curazao 24".
La contradicción
Que el
general/presidente Raúl Castro en el plató del VIII Congreso de la Unión de
Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), haya aseverado que "las
discrepancias no se expresan en los pasillos, sino en las reuniones y al precio
que sea necesario", no significa que las críticas al Gobierno dejaron de
ser tabú. Más bien son campanazos en el manicomio.
Raúl sabe muy bien, que
los cubanos en las asambleas hacen más silencio que en las funerarias, y el
terror a disentir, tiene su origen en los piquetes de fusilamientos, las
cárceles, el plan pijama, las redadas de los segurosos, las turbas de respuesta
rápida, el exilio y los artículos 53, 54 y 62 de la Constitución.
Si el pueblo no piensa,
ni analiza y solo teme, es porque el régimen se ha encargado de insuflarle miedo
con sus reprimendas, y lo ha embrutecido impidiéndole el libre-acceso a la TV
satelital, el internet, la mensajería noticiosa, la opinión occidental,
periodismo y blogueros independientes u otras redes sociales.
ZunZuneo, el twitter
regional ensayado entre 2009/2012 para proveer de información a aquellos
cubanos que disponen de móviles inteligentes, y cuya revelación se convirtió en
un puñetazo mediático a costa de la AP, según el oficialismo, no es un espacio
noticioso alternativo que tiene como fin promover la cultura del debate
político, sino un arma terrorista destinada a detonar un levantamiento popular
que obligue a los líderes históricos a fugarse por las alcantarillas y sufrir
el martirio de Gadafi.
Lo incuestionable es que
en este pedazo de país —si así podemos llamar a Cuba―, mientras ordenen y
manden los Castros o sus herederos transgénicos, nunca podremos pensar en el
desarrollo de una cultura del debate entre cubanos, donde los posiciones
políticas sean defendidas por medio de argumentos y no con golpizas propinadas
por las turbas de repuesta rápida.
Diga lo que diga Raúl
Castro, sobrio o con dos tragos de vodka en la cabeza, el castrismo solo
requiere de "idiotas útiles". Tontos a ser tratados con cinismo y
desdén; víctimas que ignoran las motivaciones de quienes se aprovechan de su
ingenuidad.
Las sintomatologías de
este mongolerismo, muestran carencia de
opinión propia, ignorancia informativa, literaria, y la más sensible pérdida de
memoria histórica. Pero hay buenas noticias, esta idiotez es curable y la
lectura de los títulos ofrecidos por la Red de Bibliotecas Cívicas
"Reinaldo Bragado", muy bien pudiera servir de antibiótico a los
aquejados de estos síndromes.Fuente:Diario de Cuba. Escrito por Pablo
Pascual Méndez Piña.